El toque del Ángelus en la Iglesia Real de San Nicolás de Medina

Todos los días a las 12 horas las campanas de Guadalupe tocan el Ángelus, uniéndose a las iglesias de la Merced, el Cristo y San Gil, cuyos sonidos se entremezclan con los de la campana de la torre del Reloj.
 
El toque de Ángelus, también conocido como de Avemarias es quizá uno de los toques medievales que mejor conservado ha llegado hasta nosotros. Era una invitación al rezo de los fieles de 3 avemarías, a las cuales estaba concedida una indulgencia. Ha llegado hasta nosotros de una forma bastante unificada en los que serían los antiguos territorios del arzobispado toledano, es decir, las actuales provincias de Toledo, Madrid, Guadalajara, Cuenca y Ciudad Real. Posiblemente sea esto debido a los insistentes avisos y recomendaciones que, desde la seda primada, se hacían al respecto en los sínodos que convocaron los diferentes arzobispos.
 
Las Constituciones Sinodales del Cardenal Portocarrero del año 1682 establecen la forma en que se ha de dar la señal de ángelus:
 
La constitución III indica:
“Ordenamos y mandamos que, de aquí en adelante, en cada una de las iglesias de este arzobispado, los sacristanes y campaneros, cada día […] tañan al Ave María dando nueve golpes de una campana grande, de tres en tres; y acabados los dichos nueve golpes tañan una campana a vuelo.”
Aunque no lo explicite, esta estructuración del toque encaja con la del rezo, los tres golpes por las tres jaculatorias y Ave Marías y la campana a vuelo por la oración final “Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros…” (Gratiaum tuam, quaesumus, Domini…). En alguna localidad esta segunda parte se la denomina “la plegaria” en alusión a la oración.
Y continúa exhortando al pueblo a unirse a esta oración:
“Amonestamos a todos los fieles del arzobispado a que, al tiempo de tocar dichas horas, recen […] las preces del Angelus Domini y las Ave Marías […]. Y porque con mayor fervor se muevan a continuar esta devoción, les concedemos [a los fieles] 40 días de indulgencia por cada vez que rezasen una de estas horas”.
En este sentido, la iglesia de San Nicolás de Huete realiza los toques exactamente como disponen las Constituciones del arzobispado de Toledo de 1682, con tres golpes de una campana grande, seguidos del volteo de una pequeña.
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