Novena del Glorioso Apóstol y Evangelista San Juan.
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
También te pido por la prosperidad de todos los reinos católicos, y señaladamente el de España, por la salud de nuestros católicos reyes, por el buen orden de los pueblos y familias, por la paz y concordia de los príncipes cristianos, y por la extirpación de todas las herejías en el mundo, para que en él sea reverenciado y adorado solamente tu santo y terrible nombre.
Y para apoyar mi confianza, yo te presento los grandes merecimientos de tu más querido discípulo, el Apóstol y Evangelista San Juan, por cuya intercesión espero conseguir lo que en esta santa novena pido y suplico, si ha de ser para mayor honra tuya y bien de mi alma. Amén.
Se reza un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri.
Se reza un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri.
Se reza un Padre nuestro, un Ave María, y un Gloria Patri.
DÍA CUARTO
Oh regalado discípulo de mi Señor Jesucristo, que lograste aquel favor tan grande, que no alcanzó a otro alguno de los nacidos, como fue que el soberano Redentor (aun en medio de tantos tormentos como padecía) cuidase tanto de ti, en atención a tu virginidad y pureza, que estando al pie de la cruz te dio por madre a su misma Santísima Madre, señalándote por hijo de tan soberana Reina, y por hermano suyo, para que hicieses sus veces, y suplieses su ausencia sirviendo de alivio y consuelo a tan sola, dolorida y afligida Señora, y fueses su fidelísimo Capellán y Custodio mientras estuviese en este mundo. Suplícote por aquel amor con que la Reina del mundo te amó, y por aquel con que tú la serviste, reverenciaste y veneraste, trayéndola siempre en tu compañía, me alcances de su divina Majestad una devoción grande, tierna y fervorosa con la Santísima Virgen María, a fin de que conservándome en toda pureza pueda alistarme en el número de sus hijos. Amén.
Discípulo el más amado
Evangelista sagrado.
Cristo de la cruz pendiente,
Qué bien que verificaste
Lo que al Señor ofreciste,
Antífona: Veis aquí a mi querido niño, a quien yo escogí, y sobre el que puse mi Espíritu.
Oh Dios, que miras que por todas partes nos cercan nuestros males: concédenos propicio que seamos defendidos de ellos por la intercesión de San Juan, tu Apóstol y Evangelista. Por los méritos de nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.